miércoles, 11 de marzo de 2009

Conexión


Me descubrió riéndome sola,
pero me mostró un gesto de complicidad que me relajó al instante.
Desde ahí supe que era mi aliada, que no me juzgaba. Y hasta empecé a creer más en mí.
Y después de muchas lunas de colores, con sandalias de plataforma y perfumes de verano...sin mirarnos sabíamos que teníamos ese gesto de complicidad en la cara...las dos.

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