miércoles, 20 de mayo de 2009

Carnaval

Andaba llena de brillo y llevando la mejor de sus máscaras.
Vulnerable a la tentación, se perdía en cualquier antro olvidando alguna vida,
apagando un poco más la llama.
Sus palabras se iban quedando, y su vocabulario
se ajustaba a entornos cada vez más vacíos.
El ego le crecía, elevándola de su suelo desmoronado,
y el error no entraba en su percepción.
No podía bajarse, el ritmo la arrastraba a un mundo ficticio
donde la felicidad se medía en papel de color.
Se llenaba de amantes, de elogios, vestidos, de todo...de nada.
Un día, chocó con su espejo y encontró en el reflejo la verdad,
y abriendo los ojos entre la espuma, tiró sus plumas para escapar.
Hoy la ví triste y le pregunté...
Me dijo que todavía no sabe por qué.

1 comentario:

  1. Esa tristeza, se confunde al ser nombrada como tal... ¿No será desconcierto? Quizas no es tristeza, sino un desconcierto que esconde la alegría de haberse visto, de descubrirse... Tranquila, todo pasa y siempre que llueve... al rato el solcito lo entibia y de ese abrazo de calor, se hace la luz y todo pasa... :D

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